En un holocausto de mis arranques mentales,
quemando la ideas que a mi vienen,
sumido en el fervor del sueño que en ti piensa
allanando tu más escondida intimidad.
Jalando del cuello a la lujuria con una cuerda para despertar al deseo,
que inquiete mis adentros y humedezca mis afueras.
Y se hace una revolución de fuego que obliga a desnudarte
con todas las pretensiones de hacerte mía toda la noche.