Mente infinita que te regocijas y te expandes a los extremos o en las alturas,
tienes el don de un niño inquieto que juega e imagina. Súbete en tu avión, recorre lugares y tiempos, visita personajes de tu creación y cuenta sus historias. Los demás quieres escuchar.
Hoy paso la noche frente a tu puerto, al que tantas veces visite bajé velas y anclas para mantenerme en la quietud del mar, Hoy no llegaré a ti, tampoco tu a mí, solamente los recuerdos.
Puedo ver cercana tu playa de blanca arena, donde sentada esperabas, La fresca brisa marina me acompaña esta cálida noche con ella brindo tomando el vino que tantas veces nos embriago.