lunes, 23 de noviembre de 2015

Divorciandome de la soledad


Llegan momentos en que no se puede más,
ya no es posible tanta soledad
al borde de una locura, necesito alguien ahora,
qué más da si es con la primera en pasar
y sea buena, o la mala que en la esquina está.

Pero no más soledad, con la que hice tregua,
me pidió que encontrara alguien para mi
ya no me soporta tampoco, se canso de mi vida
ya nos conocemos y se convirtió en rutina.

Ya no quiere sentirse sola, aunque suene a ironía
precisa de una compañía mía, para poderle fastidiar
y salir de la monotonía que juntos creamos
después de tanto tiempo.
Se ha sentido ignorada por mi, no le hago caso,
deje de pensarla, por la comodidad de un mundo
creado por ella.

Llegué a sentirme bien, tanto que le disgustó,
a grado de exigirme el divorcio o una infidelidad
con cualquier mujer.
Para renovarse, reinventarse o renacer.
Pobre soledad, te veo tan sola, que precisas irte
de mi casa y encontrar en alguien más,
los momentos que te gustan y te hacen feliz.

Porque quien a mi lado llegue, también te ignorara
no le harás sentir tu presencia, pues ocupada estará
disfrutando del amor conmigo, a todas horas y minutos
incluso aun dormidos.
Buscare quien te reemplace, no se tu que haras,
por mi puedes quedarte, pero no te prometo
poder contigo platicar.

Xavier H.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR SUS COMENTARIOS